miércoles, 1 de agosto de 2012

Alegato de fiscalía. 9.6 Acusación a Jorge Enrique Mansuetto Swendsen.


14. Jorge Enrique MANSUETTO SWENDSEN: se trata de un coronel retirado del Ejército Argentino, nacido en agosto de 1931.
En su indagatoria dijo que era inocente, luego pidió volver a declarar y dijo saberse condenado, pero solicitó –pese a ser abogado- que sus conductas fueran encuadradas en la figura de encubrimiento.
En 1948 ingresó al Colegio Militar; en su promoción egresó en primer lugar.
Se destaca en todos sus legajos las excepcionales condiciones tanto intelectuales como  militares, con estudios y cursos a los que concurrió como  oficial,  en Alemania, Bélgica, Italia, España, Francia.
Antes de estar destinado a Bahía Blanca fue profesor de la Escuela Superior de Guerra, especializado en Estrategia general y militar.
En su legajo se le ha destacado haber puesto esas aptitudes y capacitación, incondicionalmente al servicio del Ejército. Evidentemente esta incondicionalidad se plasmó también en su actuación en el Ejército, desde 11/76 en adelante.
El primer destino que tuvo en Bahía Blanca, fue la Jefatura del Batallón de Comunicaciones, con el grado de teniente coronel. El asiento en su legajo consigna que es Jefe desde el 26/11/76. MANSUETTO toma como base para reclamar que se considere la fecha de 12/76 (lo que es irrelevante) una ficha anexa. La Fiscalía sostiene que lo que prevalece es el asiento del legajo de servicio, lo principal se impone sobre lo accesorio.
En el juicio Julio RUIZ, la víctima sobreviviente, lo identificó dos días antes de esa fecha, el oficial de alto rango que lo recibió cuando fue trasladado desde “la escuelita” al Batallón, era MANSUETTO SWENDSEN. La acusación será teniendo en cuenta la primera fecha en que fue visto, el 24/11/76.
En el legajo se observa la cadena de mando sobre él, lo califican CATUZZI y ASPITARTE.
Estuvo a cargo de esa Jefatura hasta 1/79 en que pasó a ser Jefe del Departamento 3-Operaciones. Un paso imposible para quien dice haber estado absolutamente inactivo en su Jefatura.
El último destino que se le daría a un oficial inactivo sería la Jefatura de Operaciones. Es mentira lo que afirma y es cierto lo que corroboran los elementos de prueba que serán relevados.
La función de su  Jefatura al frente del Batallón, lo define su propio cargo y destino: era Jefe del Batallón de Comunicaciones de Comando 181. Su misión era como dicen los reglamentos, proveer  y garantizar las comunicaciones de la GUB y de ésta con el resto de las unidades, incluso el Batallón.
En la inspección ocular vimos el cartel, que dice como una frase que se atribuye a San Martín: “Nada es más importante en tiempos de guerra, que la celeridad en las comunicaciones”.
El Batallón era una de las organizaciones esenciales de batalla que hay todavía con asiento en Bahía Blanca, respondía a las funciones determinadas de combate. En lo que hace a la etapa ofensiva, ya vimos que era la lucha contra la subversión.
No es posible que desde el arma de Comunicaciones, siendo la única unidad operativa con asiento en esta ciudad, se pueda pretender que la jefatura de MANSUETTO hubiera sido una excepción histórica, el único período en que dicha unidad tuvo un paréntesis histórico en la actividad del Ejército. Una especialidad central, un elemento central en toda operatoria militar, es absolutamente inadmisible que hubiera estado inactivo a la fecha de los hechos, está acreditado lo contrario.
El Batallón estaba integrado a la Zona V, Subzona 51 y era el asiento del área 511.
El primer punto de la acusación –que consideramos probado- es que el Jefe del Batallón era a la vez Jefe del área 511. No había en la ciudad otra unidad que pudiera ser el asiento de área.
Durante el año ‘76 lo fue TAUBER, Jefe del área 511 y al momento de hacerse cargo MANSUETTO,  esa Jefatura continuó. Contenía en su territorio a todos los centros clandestinos a los que hicieron referencia las víctimas. El personal del Batallón de Comunicaciones de Comando 181 ejecutaba operativos también: hemos visto los casos de secuestro de FORNASARI, CASTILLO, GATICA, SAMPINI desaparece del propio Batallón, había traslado de detenidos de un CCD a otro como en el caso de MENNA de TURATA, e integraba la comunidad informativa de Inteligencia.
En el distribuidor, como unidad de destino en mucho de ellos, figura el Batallón de Comunicaciones 181, y por el principio de economía de información, no iba a haber ninguna información secreta, confidencial y sensible en el área de lo que era la lucha contra la subversión, que no sea comunicada sino a una unidad que tuviera injerencia y participación en la lucha contra la subversión. Es decir, la presencia del Batallón de Comunicaciones en esos distribuidores, indica que había una decidida participación del mismo en esos hechos.
Para acreditar el segundo punto de la acusación, esta Fiscalía sostiene que MANSUETTO fue Jefe de Área desde el momento que se hizo cargo del Batallón. Asiste a esta afirmación el principio de identidad de cargo, es decir, lo que hay no es ya un quiebre institucional de las jefaturas, no hay ningún indicio. Por el contrario hay profundización de la actuación del Batallón en la lucha contra la subversión.
Está ejemplificado en el caso de ESCUDERO, queda comprobada la Jefatura de área a cargo de MANSUETTO. El domingo a las 20:00 horas, tropas a cargo de MANSUETTO fusilaron a una persona que no paró el auto cuando lo quisieron detener. MANSUETTO registró ese hecho al otro día a las 11:40,  muchas horas después. Durante todo ese período el hecho fue dominado y su conocimiento retenido por MANSUETTO, “para que se proceda a la entrega del cadáver a sus deudos” y se iniciaran las actuaciones correspondientes. No avisa a tiempo ni ordena la autopsia, y da la orden  mencionada a Jefatura. La intervención de MANSUETTO en todo ese caso, desde la planificación y ejecución, el nombramiento de quién estaría a cargo, da cuenta del pleno dominio del hecho por parte del acusado, determinando las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que debía ocurrir. Incluso fue más allá, delimitó la intervención judicial: dio orden que se entregara el cadáver, y nada más.
Luego de ese hecho, si uno analiza lo que ocurrió, el Comando de Zona emitió un comunicado, y eso da cuenta del nexo entre la Jefatura de área y la Zona. Resalta la impunidad con que se manejó, era un dominador absoluto, fue posible que él ordenara que fuera su tropa, que matara y después se diera cuenta del cadáver y se pasara a otros hechos.
MANSUETTO dijo que a ESCUDERO no se lo mató por subversivo ni nada de eso. Treinta y cinco años después de los hechos, MANSUETTO sigue enfocado a las víctimas, analizando si era o no subversivo, cuando el acusado es él. Incluso dijo que los podía reconocer por el aspecto.
En la conducta de los victimarios está el núcleo, el sentido del Terrorismo de Estado. Lo de las víctimas ya lo hemos analizado.
Hay principios elementales de la actuación militar de aplicación ineludible: la planificación está a cargo de los altos mandos, pero los que ejecutan son los mandos intermedios, y los que cumplen esas órdenes son los mandos inferiores. Así como VILAS no precisaba preguntarle a VIDELA qué operativo debía hacer, lo mismo ocurría con MANSUETTO ante los comandantes; simplemente actuaba en el marco que tenía como Jefe de Área.
Es revelador que MANSUETTO, cuando dijo que le dieron la orden de hacer el operativo que terminó con la muerte de ESCUDERO, no dijo que recibió la orden del Comandante y se la transmitió al Jefe de Área. Él dice que el Jefe de Área es otro. La Fiscalía sostiene que el Jefe de Área era él: él dispuso el operativo y lo que había que hacer.
Recibió la orden, dispuso los medios; una vez que su tropa ultimó a ESCUDERO fue inmediatamente anoticiado; él mismo tuvo los  detalles de las circunstancias; se comunicó horas después con un comisaría. Eso es ser Jefe de Área, lo que hizo grafica la actividad de un Jefe de Área, sino debió haberse subordinado al Jefe de Área.
El Batallón de Comunicaciones ejerce esa Jefatura desde el año ‘72, desde que se crearon las Áreas el Batallón era asiento de ese área.
Luego dijo para distinguirse del jefe anterior, que él no le hubiera dado golosinas a las secuestradas. La impronta que le da a su Jefatura no pasa por ese hecho intrascendente: MANSUETTO no tenía el rango, ni la capacidad, ni hay indicios siquiera que tuvo la intención de desintegrar al Batallón de la organización del Ejército, en lo que era su misión primordial. Él afirma que ese desplazamiento de la Jefatura de Área se produjo espontáneamente, sin saber él por qué. Pero si uno analiza la orgánica del Batallón, ve que lo que hizo MANSUETTO fue propio de alguien con el sentido estratégico para el cual estaba capacitado, que es organizar, atravesar con el eje antisubversivo, cada una de las secciones incluso que recibió de manos de TAUBER. Esa es la impronta de MANSUETTO, no haber dado chocolates ni haber favorecido mínimamente las condiciones de cautiverio de las personas secuestradas. La impronta de MANSUETTO fue haber modificado la estructura de la unidad que tuvo a cargo, y haber atravesado cada una de las funciones por el eje antisubversivo.
Ahí vemos la cadena de mando (exhibe en pantalla), que va desde la Jefatura de Zona V, la Subzona 51 a cargo de VILAS, terminando el año ’76, y la Jefatura del Área 511. Luego los segundos jefes STRIKER y MARGANOFF, ambos procesados por esta misma actuación. Por debajo la compañía Comando y Servicio y la compañía de Combate que tenía el plano antisubversivo, al momento de hacerse cargo MANSUETTO. Esto está graficado en el Libro Histórico del Batallón. En el año ‘77 se mantiene la misma cadena de mandos. Pero en el Libro Histórico, ya diseñado por MANSUETTO, vemos en el tercer nivel de jerarquías, que cada compañía tenía a partir de MANSUETTO, una sección antisubversiva. Propio de un estratega como era MANSUETTO y fue la impronta que marcó su Jefatura de Área.
Tanto VILAS como CATUZZI dijeron que MANSUETTO era Jefe de Área 511 y debe ser valorado, porque ninguno de los dos lograba exculpación alguna al decir esto, al contrario, quedaban mucho más involucrados.
Voy a hacer referencia de una circunstancia que pretende esgrimir MANSUETTO para considerarse ajeno a estos hechos.
En primera instancia MANSUETTO se presentó con un papel que decía que DE PIANO era Jefe de Área. Insistió en la Cámara, que lo valoró como sospechoso, que tuviera ese papel cuando en los allanamientos no fue hallada ninguna documentación. La Fiscalía coincide con esa apreciación: es un papel inconsistente, no puede ser considerado una documentación. A este papel se aferró MANSUETTO y con ello pretende que se lo absuelva y se declare que este proceso no afecta su buen nombre y honor. Sigue sin decir MANSUETTO de dónde sacó ese papel, cuál fue su ubicación oficial, dónde está el archivo público. Alguien se lo fabricó para hacerse una coartada. Pretende que es una “piedra roseta” fundamental con el que descifra una estructura oculta, que no resolvemos los civiles. A partir de la organización de MANSUETTO surgieron secciones antisubversivas, con lo que profundizó el aspecto de lucha contra la subversión de la unidad que le dieron a cargo.
Esta pertenencia al Área 511 no consta en su legajo, eso habla de la faz represiva y clandestina, tampoco consta en los legajos de VILAS o ASPITARTE; era una orgánica paralela, vinculada estrechamente con la lucha contra la subversión.
La Jefatura de Área le implicaba la responsabilidad de todo el territorio del área a su cargo.
En cuanto a la documentación, hice referencia a los distribuidores: en ese documento que vemos, hay una orden de captura suscripta por PAEZ, y destinada al Batallón de Comunicaciones 181. Aquí hay otra remitida por el Jefe del Departamento 3 de Operaciones. Aquí se ve otro documento de similar tenor, que contiene una nómina de personas a secuestrar.
El carácter operativo del Área fue confirmado por la Cámara Nacional de Casación Penal en un fallo reciente, en el fallo que determinó la responsabilidad de los Jefes de Área de la Capital Federal. Esto confirma la hipótesis de la Fiscalía: el área implicaba la responsabilidad operativa, complementándose con el equipo de lucha contra la subversión.
Un cuarto punto de imputación es que MANSUETTO, según está comprobado, es responsable como autor mediato de los hechos que sus subordinados consumaron, por el principio de organización jerárquica y -como vimos-  porque la cadena de mando fue la que determinó la ilegalidad de las conductas.
MARGANOFF quien fue su segundo, fue el que trasladaba cautivos a los adolescentes de la ENET. FREIRE fue Jefe de Operaciones e Inteligencia, estuvo en el operativo en que mataron a ESCUDERO.
FREIRE según MANSUETTO era un inepto, que no podía tener mucho despliegue operativo porque era un inepto. Sin embargo lo calificó con 100/100 y pidió además que FREIRE permaneciera en el mismo destino.
Destaco que en su indagatoria, MANSUETTO admitió que tenía 30 secuestrados en el Batallón al asumir el mando y dijo que los tenía que buscar. Eso es absolutamente inverosímil, como Jefe de la unidad, habría llamado al Jefe de operaciones o Inteligencia y le hubiera ordenado que le informe. Hemos visto que los calabozos estaban debajo de sus oficinas, hacían innecesario la tarea empírica de buscarlos, eran cautivos que tenía que esquivar para llegar a su oficina.
En cuanto a la asociación ilícita, él dijo que al asumir sabía de las desapariciones y luego como vimos, incluso adecuó esa estructura a lo antisubversivo. El acto de asunción de la Jefatura de Área, es el acto formal con el que integró esa asociación ilícita, junto con VILAS y ASPITARTE. Ese acuerdo delictivo fue imprescindible para sumarse al estamento operativo.
La pretensión que el Batallón estaba en condiciones deplorables, está rebatida. Es la asunción de la principal unidad operativa con asiento en Bahía Blanca y la principal misión del Ejército en la dictadura. No es lo pretendido que MANSUETTO era Jefe de una unidad ociosa, siendo luego ascendido a Jefe de Operaciones.
Hay que considerar las calificaciones elogiosas que tiene en su legajo, por su desempeño.
Dijo “no me faltaba rango para plantarme ante un general”, es insostenible que el pretendiera desconocer lo que hacían sus subordinados, lo que no sólo era su deber sino también la impronta de su mando, que llegaba incluso a imponerse a sus superiores.
Respecto a que quiso entrar al CCD y no lo dejaron según declaró, TARANTO dijo que eso no era posible. IBARRA lo ratificó.
El dijo que desde mayo del ‘76 sabía de las desapariciones. Siguió destinado a Bahía Blanca.  Hay un expediente del año ‘84 PARTNOY denunció la existencia de “la escuelita”. MANSUETTO recibió esa denuncia y se la giró a quien él calificó como “un oficial de pocas luces”: IBARRA. Lo calificó como una denuncia anónima de la supuesta existencia de un CCD. IBARRA luego pide recortes a La Nueva Provincia, donde surgen hechos que él mismo IBARRA había consumado. En lugar de ser una investigación, se transformó en una especie de álbum de recuerdos, donde colectaban los operativos que ellos mismos habían hecho, el Jefe de Área y el Jefe del equipo de lucha contra la subversión.
Hay un agravante más, el día que MANSUETTO dijo que pretendió entrar a la escuelita, PARTNOY estaba ahí adentro. Cuando recibió la denuncia de la existencia del CCD, el trámite que le dio da cuenta de la voluntad constante que tuvo de impedir el desarrollo de cualquier proceso de justicia, que lo iba a involucrar.
También es claro y está en la causa, las actas de la CONADEP, que va a los terrenos del V Cuerpo y lo recibe el Jefe que en ese entonces era MANSUETTO, y los pasea por todo el ámbito sin mostrarles absolutamente nada.
Hay referencias de la actuación en el caso de Dora CASTILLA,  lo llaman a MANSUETTO para que interceda por su libertad e integridad, se comunicó inmediatamente y dijo que esa personas estaba detenida, en determinadas condiciones, y no dijo “que lo llamen a DE PIANO”. Asumió nuevamente las conductas de un Jefe de Área que dominaba los hechos.
Está claro que MANSUETTO empezó negando los hechos de la ENET, luego admite haberlos visto, más allá del contacto visual lo cierto es que él como Jefe de Área, tenía pleno conocimiento y dominio de la situación. Los testigos ZOCCALLI, LOPEZ, VOITCUK, PETERSEN fueron contestes en afirmar que fueron interrogados, vendados, en el primer piso del Batallón. Allí están ubicadas las oficinas del Jefe de la unidad.
Tampoco voy a pasar por alto que el capellán del Batallón, Aldo VARA, fue observado por estas víctimas, tanto en el CCD así como en el Batallón atendiendo a los padres, lo que da cuenta del compromiso que tenía con esta empresa criminal que encabezaba el Ejército Argentino.
Su responsabilidad pasa por la asignación jerárquica, la asignación de recursos a la empresa militar, contaba con todos los medios, disponía de tropa, equipos y municiones, equipamiento de comunicaciones para operar y reforzar operativos que hiciera el Comando del V Cuerpo y en el caso de las órdenes que ha impartido, las mismas fueron dadas en el marco de la lucha contra la subversión y fueron también, absolutamente ilegales.
Por lo expuesto debe ser condenado.
Ya finalizando, voy a hacer mención al testimonio de  SCAGNETTI, esposa de RIVERA, que pasó por los CCD del área y ultimado en 12/76. La fiscalía le preguntó si conocía a MANSUETTO y dijo que sí, lo ubicó  en reuniones en el hotel Austral. En esas reuniones (declaró la testigo), veían una persona pálida y le decían “¿estuviste en la escuelita?”. Menciono que el propietario del hotel Austral fue mencionado por PAEZ como miembro de una red de espionaje del Destacamento de Inteligencia 181. Referencias que están lejos de avalar el desconocimiento que pretende esgrimir MANSUETTO, había una referencia en tono de burla.
La acusación ya está para la Fiscalía, sustentada en cada uno de sus aspectos. Tanto el sustento temporal, como espacial y el modo de ejecutar los hechos son incriminatorios para MANSUETTO.
El modo: por haber contribuido a la faz ejecutiva de los hechos, asegurando la efectividad de cada uno de los operativos.
El aspecto temporal: porque los hechos fueron ejecutados durante el ejercicio de su Jefatura.
El aspecto espacial: los hechos fueron ejecutados en el ámbito espacial de su Jefatura.
Por lo tanto se pedirá su condena, por haber emitido órdenes y transmitido las mismas a sus subordinados, en el marco del plan general de exterminio; por producir liberaciones de área, donde ocurrían los secuestros y falsos enfrentamientos; por haber asignado el material y personal hacia los operativos; por haber sido el responsable en tanto Jefe del Área 511, de los centros clandestinos de detención, organizados incluso alguno de ellos en el propio Batallón; y también responsable como autor de la asociación ilícita por el que fuera acusado y procesado en la instrucción.
Finalmente MANSUETTO dijo ante el Tribunal en su última declaración indagatoria, algo en lo que la Fiscalía coincide: “se que estoy condenado”. Esta Fiscalía ignora si lo dijo como una revelación o una conclusión propia. Para esta Fiscalía es la consecuencia necesaria del cúmulo de fundamentos y pruebas que se han producido, que determinan la condena de este alto oficial del Ejército Argentino.
Presidente: El Tribunal va a hacer un cuarto intermedio hasta mañana a las 9:00 horas.
Se levanta la sesión. 

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